A veces en discusiones, ex-amigos (ya no lo son, por mi condición de recalcitrante con respecto a mi falta de tolerancia, decidieron alejarse de mí) me han llamado “bruta” dicen que no se discutir, que me ofusco, que hablo mierda. Es importante aclarar que cuando se me ha “adornado” de tales adjetivos ha sido siempre en discusiones sobre Cuba y el comunismo de mierda. Y admito que sí, que pierdo los estribos cuando alguien justifica aquel desastre.
Me hierve la sangre cuando defienden al usurpador y quisiera convertirme en un “disparo de nieve” y desaparecer al que sea que defienda lo indefendible. ¿Por qué hablo de esto? Pues porque mi profe de literatura, Osvaldo Raya, ha escrito un muy interesante blog sobre este tema.
Me identifico con el profe Raya: lo extremista que soy, lo intolerante, lo impaciente, lo recalcitrante, lo intransigente, no fue aprendido fuera de Cuba, eso lo aprendí en mis 27 años allá, por toda la doctrina de mierda. Ahora que puedo hacer, soy "producto" del "projecto hombre nuevo".
Aquí he tratado de moderarme, de ser tolerante y en casi todos los aspectos de mi vida lo he logrado. Pero coño de verdad que se me hace difícil ignorar o ser “pacífica” cuando alguien defiende aquella mierda.
Niurki