AUTODEFENSA

Vengan, traigan ya sus veredictos
Acusen a mis dedos o a mí sien de frugal escape y noten
Como de poco me importan sus sentencias
Como de ilusas se ensucian sus narices
Al penetrar mezquinas y adulonas
En albañales aguas de estúpida insolencia

Si mi culpa sólo fue cromar los grises
Y me siento responsable
De mi constante desvarío de neuronas

Pero vengan, no demoren
Traigan sus denuncias
Arrebatos de resentimientos necios
Y torturen mi paciencia hasta el desborde
Y noten
Cual vacíos se descubren sus panfletos
Cuanta inercia reina en sus conciencias
Abono estiércol de insípidas ideas
Esas suyas.

Pero adelante, avancen
E incriminen mi soberbia ante la ausencia
De horizontes libres con diversas líneas

Vengan, traigan sus garrotes
Mi armadura es el credo entre mis huesos
Mi muralla, la verdad que me domina
No me escondo a temblar por las esquinas
No le temo al ladrido de sabuesos

Me asombra el vacilar de sus instintos
Cuando sólo basta un firme respirar para que mermen
Sólo preciso de aliento y torceduras
Para vencer su vesania acumulada,…temen
Pero nada
Vengan y aúllen su rabia
De incauto veneno que los ciega

Pierden, se que pierden
Pues yo me aferro cada día a mis supuestamente equivocas “quimeras”
Y son aun mucho más dignas, que sus piedras.

©leymartinez.09