Felicidades Para los Galenos Cubanos

Dicembre 3, Día del Médico CubanoPor CARLOS A.VENEGAS, MDUno de los temas más fascinantes en la historia de la humanidad, ha sido el esfuerzo del ser humano, a través de los siglos, de curar a los enfermos, sanar a los heridos y aliviar los sufrimientos del moribundo. Desde que el ser humano pisó por primera vez la faz de la tierra, se han estado buscando los medios de prolongar la vida, ya sea con oraciones y actos de magia, con remedios naturales descubiertos muchas veces por accidente y ya por último con los adelantos científicos de la medicina moderna.

Buscando una solución para combatir las enfermedades, el hombre primitivo encontró respuestas, algunas de las cuales han continuado siendo efectivas en tiempos modernos. Por el método de prueba y error ellos descubrieron plantas y sustancias minerales que hoy, con ciertas modificaciones, se utilizan para combatir enfermedades.No se sabe en que momento el hombre decidió escoger a una persona para practicar el arte de curar, pero para el tiempo en que surge la civilización en su forma más primitiva, el doctor ya estaba en práctica.El tratar al enfermo estaba circunscrito a una figura central. Lo conocemos como el "Medicine Man" entre los indios de Norteamérica, "Tungusi" entre los esquimales y grupos siberianos, como el "Brujo" o "Doctor Mago" entre grupos africanos y "Curandero" en otras culturas. Cada grupo, tribu o civilización tenía su doctor. Nosotros lo llamamos "el Médico".Para los cubanos, el médico era un amigo, un consejero, una persona que compartía con nosotros el nacimiento de un hijo, la fiesta de cumpleaños, la enfermedad de un ser querido y desgraciadamente el velorio y el funeral, cuando no se le podía salvar la vida después de todos los esfuerzos que se hacían.

Allí estaba el médico para dar su apoyo.En la Escuela de Medicina de la Universidad de La Habana me enseñaron no sólo a diagnosticar y tratar enfermedades, sino también a ser un ser humano con compasión por el enfermo que sufre y confía plenamente en su médico. Allí aprendí que: "la labor del médico es primero curar, si no se puede, su deber es aliviar..., y de no ser posible, al menos consolar".Con este concepto se practicaba la medicna en Cuba. El médico era parte importante de la sociedad cubana y era respetado y admirado por sus conciudadanos por su dedicación a mantener la salud de la población donde vivía. Por lo tanto, alguien propuso, y la idea fue aceptada, celebrar El Día del Médico para rendir homenaje y demostrar agradecimiento a la clase médica cubana.El 3 de Diciembre¿Por qué se escoge el 3 de diciembre para celebrar el Día del Médico Cubano? Para recordar y homenajear a uno de los grandes científicos de la medicina, el Dr. Carlos J. Finlay.Finlay nace en Puerto Príncipe (Camagüey) el día 3 de diciembre de 1833. Su padre era un médico escocés y su madre de ascendencia francesa. Estudia medicina en el Colegio Médico de Filadelfia, Estados Unidos, y regresa a Cuba, donde hace su reválida en la Universidad de La Habana.Su mente científica le hace pensar que la fiebre amarilla, uno de los grandes males de su época, se producía por medio de un agente transmisor. Tras muchas investigaciones y fracasos, llega a la conclusión de que el mosquito llamado Culex era el transmisor de la enfermedad, y especifica que es la hembra y no el macho quien la transmite.Después de la Guerra Hispano-Americana y durante la intervención norteamericana en Cuba, la Secretaría de Guerra de Estados Unidos envía a Cuba una comisión médica a investigar las enfermedades infecciosas. Esta comisión se reúne con Finlay y comprueba su teoría.

El mérito no se lo dieron a Finlay, y no fue hasta mucho tiempo después que el mundo científico reconoció al eminente médico cubano como el descubridor del agente transmisor de la fiebre amarilla. Con este descubrimiento se salvaron millones de vidas combatiendo al mosquito.Por eso, el 3 de diciembre se celebraba el Día del Médico en todos los pueblos de Cuba. Fiestas, banquetes, discursos, homenajes y la culminación del día con un Baile de Gala en nuestras sociedades.Antes de terminar quiero enviar un saludo fraterno a todos los médicos de Cuba y en especial a los que ejercemos nuestra profesión lejos de nuestra querida Patria, y que todavía conservamos nuestras tradiciones en lo más profundo de nuestros corazones. A los que ya no están con nosotros, sé que estarán celebrando junto a Dios esta fiesta en el cielo. Para ellos, nuestras oraciones.En memoria de mi padre, el Dr. Héctor Venegas Muiña, va este soneto que escribió un amigo de él hace ya algunos años para describir en unos versos lo que es un médico, y el cual mi padre me envió cuando me gradué, para que me sirviera de guía y ejemplo en mi vida profesional.