El fin de semana antes pasado, Septiembre 25, 26 y 27 fue un fin de semana para archivarlo de memorable, y aunque me he demorado en la crónica no creo que sea tarde para comentar sobre el mismo, y sobre todo por el placer de compartir buenos sucesos, gratas historias.
Resulta que el viernes comenzó con el encuentro (en persona) de un personajillo único y especial amigo nuestro, llegaba desde Los Angeles , Julito Sainz, ese músico, rockero y demás, amigo nuestro desde casi 3 años en el mundo virtual y telefónico, pero de una vez ya traspasado al plano real de carne, hueso y grata compañía.
Mediante Julito conocimos a unos amigos tan especiales como él, hicimos tierra con gente de Buena cosecha, multi-neuronal (como podría decir una de esas amistades, hubo sintonía fácil, la noche transcurrió musical, se fraguó un comienzo y la reiteración de un concepto que hoy día va en triste crisis: la amistad.
El sábado fue igual de dinámico y emotivo, Niurkita se graduaba de su maestría y en la tarde se realizaría la presentación oficial de la revista Brujular de Miami del periodista y escritor José Antonio Gutiérrez, de la cual soy (y seré) colaborador regular. El evento no reunió todo el público que se esperaba pero la audiencia era solida, el lugar espectacular (Cuba8, un local impresionante) y la armonía entre los asistentes fluía y se abría paso sola, como en familia. Con modestia recibimos premios, con alegría compartimos abrazos y no puedo estar más agradecido a José Antonio por darme la oportunidad de participar en el nacimiento y evolución de esta bimensual publicación sociocultural.
Sin descansar la adrenalina por dos días el estado de dinamismo nos provocaba seguir, y al finalizar la presentación y con una pausa intermedia para una cena tarde en algún restaurantico del centro de Miami, nos dirigimos a el Bistro Decadencia para disfrutar del smooth jazz de nuestra amiga Alina Brouwer, y como siempre (y a pesar de la apatía de un ausente público) el deleite de la buena música y del buen vino hizo perfecta combinación con la tertulia final que tuvimos con ella, nos sorprendió el sereno y casi amanece en aquella esquina de Coral Way.
El domingo fue el día descompresor, nada más que una tiradita al aeropuerto a recibir un familiar que llegaba de Cuba y luego cierta tanda de películas que culminaron el día, a base de tecitos y “viéndonosla con la resaca” de las noches anteriores.
Gracias Julito, Jochy, Aimara, Fide y compañía, gracias José Antonio, Alina, gracias que se graduó Niurkita, gracias Miami que a pesar de los pesares escondes gente tan especial que me sorprende cada día, que no nos culpen ni nos metan en los sacos de apatía aplatanada, aquí hay gente nada mono-neuronal, y eso me entusiasma. Gracias a mi suerte provocada, al sereno de esas madrugadas y el contexto de la marcha. Y ¿por qué no? Terminar parafraseando aquel título de canción, de Violeta Parra, Gracias a la Vida, a mi Vida.
©ley Martínez.
6 comentarios:
El placer fue todo nuestro! Que se repitan muchas!
Lo que me perdí con mi vuelo tarde!
Muchas felicidades a Niurki y gracias a ustedes también por ser parte de este Miami.
A ti tambien mi Vero. Aqui tengo tu premio. De verdad que Josan es esforzo y todo quedo maravilloso. Nos vemos el sabado en decadencia? Se pasa rico ahi.... Besos
Aymara, vendran mas, muchas mas. Embullence y vayan el sabado a Decadencia. Comida sabrosa, velada entre amigos y la musica inigualable. Besos
Niurki
LO que me perdi! Felicidades Niurkilla
Gracias Marga. Valio la pena.. Besos
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