No íbamos a ver el concierto, no íbamos, hasta que una amiga nos lanzó una invitación de última hora, en donde muchos amigos en común se reunirían para atestiguar el susodicho evento, de una puta vez. Fuimos.
Las expectativas no eran muchas, no eran grandes, yo quería “bajar” mis “Stella Artois” con sabrosura y a merced del calor que merodeaba, era mi principal objetivo, el concierto me resultaba antiflogitínico. Sin embargo, la Tañon, quien abrió el “concert”, descargó par de cosas que debo admitir fueron inesperadas, primero el tema “el mentiroso” muy apropiado a un personaje que goza de semejante fama, segundo, el mensaje a una muchacha en el público, cuyo padre en el aeropuerto de Miami le envió a su hija un beso, a quien hace 20 años que no ve, por culpa del mentiroso.
También la presentación de X Alfonso fue interesante, par de temas acerca de la libertad y la censura, “revoluxion” per se, y un coro de niños, y un mensaje acertado, muy acorde.
Ya los demás fue una seguidilla de aburridos temas, panfletos y discursillos amigables, pacíficos y sosos. Donde cantantes como Cucú Diamante pidió que ya era hora de que “el mundo se abriera a Cuba”, cuando Cuba no ha querido y no ha intentado jamás hacerlo. Ignorancia o enorme oportunismo banal. (me voy por el último termino.) Un Víctor Manuel tan predecible como siempre, un Dany Rivera que parecía una polvareda nostálgica de los años 70 y 80, sin impacto hoy, y por ahí siguió la cosa.
Amaury Pérez cumplió, (y se ganó su pase para programas a lo Tropicama de Miami) mientras Carlos Varela lució mejor en mis discos, (concurrente sensación que se destapa con estos individuos “dinosaurios”)
Aute llamó a Cuba su Cuba, y eso me hizo pensar no en injerencia de su parte (pues en los últimos años Cuba ha sido más de los extranjeros que de los cubanos), sino en la razón que si Cuba fuese diferente a lo que es, una dictadura, no sería su Cuba, la globalización y la democracia a veces suele ser contraproducente para los escenarios. Me bastan miles de ejemplos, y hoy no estoy pa’ eso.
Silvio ya no es lucero, Silvio ya poco “silve”, prefiero el Silvio de mis discos. Como me pasa con muchos ídolos de antaño.Fue Juanes quien mencionó que Cuba es una sola familia, quien voceó la frase: “Cuba Libre”, más allá del significado etílico de un trago internacional de bares, y llegó de cierto modo inesperado, también en su preámbulo al tema de los secuestrados por las FARC, pidió la libertad para todos aquellos que prescindían de ella, y como tal el solapado mensaje se hizo palpable, a duras penas. Siempre la cautela, siempre la entrelinea, siempre el guante de seda para no herir mandatos, para no sobrepasar líneas, o desbordar permisos. Penoso.
Pero creo que a pesar de los nudos, hubo cierto intento a comunicar, por parte de los artistas extranjeros, mas al final Van Van inyectó el sabroso néctar anestésico de su ritmo para suavizar las moralejas y los “subversivos” mensajes, todos a bailar con la candencia, cansados , como de buey amaestrado, sin los “huevos”, que otrora mencionara la Tañon, y con toda armonía cosmética que demostraba junto a una esfinge del Che, una Cuba tan alegre como nunca. Mensaje enviado. Misión cumplida.
Habrá que preguntarle al público luego de esa tarde, ¿tienes PAZ? ¿Tienes más libertad después de este circo para aliviar tormentos? ¿Tienes más derechos humanos? ¿Te sientes tan libre como para exigir legítima autoridad como individuo? ¿Cocinarás, o comerás hoy? ¿Delinquirás hoy? ¿Otra vez?
Hay que ser iluso para creer que semejantes preguntas regresarán con respuestas coherentes o normales, como hubo que ser iluso para creer que semejante conciertico representara un cambio para mi pueblo. Si yo hubiese estado en el público, además de la tremenda nota, hubiese cogido tremendo empingue, porque muy claro esta de que los únicos culpables de que la juventud este limitada de semejantes espectáculos, y de que este mismo represente un evento especial por la “discordia” , que provoque una especie de roce innecesario entre cubanos de ambas orillas… los únicos culpables son los verdaderos dinosaurios de esta historia, no los de una aplanadora, sino los que someten a mi gente a la represión diaria, los que limitan, los que empeoran, los que demandan, esa dictadura de vejetes y adyacentes subordinados que no ceden su poder, y que para calmar ánimos (o controlarlos) aceptan un concierto como este, a sabiendas que a pesar de los escapes de euforia disidente y sutiles mensajitos democráticos, ellos seguirán al mando,…y con sus camisas “negras”.
© LeyMartinez,09
PD: La pasamos bien en casa de las amistades, gente buena que entre “jama”, música y bebida, nos sentimos más libres que muchos de los concertistas. Y lo éramos ¿Raro no?